“La Asociación de María Auxiliadora“ fue fundada para promover la adoración a Jesús presente en el sagrario y amar, y dar a conocer a María como Auxiliadora de los cristianos.
La Asociación se creó en Turín – Italia – el 18 de Abril de 1869. En 1870 el Papa Pio IX la erigió como archicofradía, con derecho de agregar a todas las asociaciones surgidas en las distintas partes del mundo con el mismo nombre y la misma finalidad.
El 24 de julio de 1989, la Asociación fue oficialmente reconocida por el Rector Mayor de los Salesianos y por su Consejo, como parte de la Familia Salesiana.
La Asociación de María Auxiliadora es un lugar de encuentro para los fieles que se adhieren a sus actividades específicas.
La Asociación de María Auxiliadora es en la Iglesia una Asociación pública de fieles, a norma de los cánones 298-320 del Código de Derecho Canónico y por lo tanto, goza de personalidad jurídica eclesiástica.
Según la legislación vigente en cada Estado, puede conseguir el reconocimiento jurídico civil, pero no se adhiere a partidos políticos ni a grupos con finalidad lucrativa.
La Asociación de María Auxiliadora ofrece un itinerario de santificación y de apostolado salesiano. En particular, Don Bosco la fundó para implicar a la mayor parte de la gente del pueblo en la espiritualidad y en la misión de la congregación Salesiana como segundo Grupo de su Obra.
Valoriza, de manera especial, el culto de la Eucaristía y la devoción a María Auxiliadora, en todas las formas, públicas y privadas, aprobadas por la Iglesia.
Actúa en comunión y en fidelidad a los Pastores de la Iglesia y en colaboración con los demás grupos eclesiales, especialmente los de la Familia Salesiana.
El nombre es: “ASOCIACIÓN DE MARÍA AUXILIADORA” (ADMA) y tiene su sede en Turín, Vía María Ausiliatrice 32, en el Santuario de María Auxiliadora.
Los asociados pertenecen a la Familia Salesiana “por la devoción salesiana a la Auxiliadora según la forma instituida por el mismo Don Bosco. Esta pertenencia compromete a honrar a María, Auxiliadora y Madre de la Iglesia, participando en la misión juvenil y popular de Don Bosco, sobre todo en su aspecto de incremento y defensa de la fe cristiana en el pueblo”.
En la Familia Salesiana, la Asociación subraya, por tanto, el valor característico de la devoción popular mariana, como instrumento de evangelización y de promoción de los ambientes populares y de la juventud necesitada.
La Asociación reconoce al Rector Mayor, sucesor de Don Bosco, como padre y centro de unidad de toda la Familia salesiana.
La adhesión personal a la Asociación comporta los siguientes compromisos, teniendo como ámbitos privilegiados la familia, el ambiente de vida, de trabajo y de amistad:
Valorizar, en sintonía con la Iglesia, de la que María es tipo y figura, la participación en la vida litúrgica, especialmente en los sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación, en la práctica de la vida cristiana personal.
Vivir y difundir la devoción a María Auxiliadora según el espíritu de Don Bosco, particularmente en la Familia salesiana.
Renovar, potenciar y vivir las prácticas de piedad popular: la conmemoración del 24 de cada mes, el Rosario, la novena de preparación a la fiesta de María Auxiliadora, la bendición de María Auxiliadora, la peregrinación a los santuarios marianos, las procesiones, la colaboración en la vida parroquial: liturgia, catequesis, visitas a los ancianos y a los enfermos, servicios diversos en las iglesias…
Imitar a María cultivando en la propia familia un ambiente cristiano de acogida y de solidaridad.
Practicar, con la oración y la acción, la solicitud por los jóvenes más pobres y por las personas en necesidad.
Rezar y sostener en la Iglesia y particularmente en la Familia Salesiana las vocaciones laicales, religiosas y ministeriales.
Vivir la espiritualidad de lo cotidiano con actitudes evangélicas, particularmente con el agradecimiento por las maravillas que continuamente realiza, y con la fidelidad a Él también en los momentos de dificultad y de cruz, siguiendo el ejemplo de María.
Los asociados participan de las indulgencias y de los bienes espirituales propios y de los de la Familia salesiana.
Además, gozan de los frutos del culto y de las oraciones que se elevan desde la Basílica de María Auxiliadora de Turín y en las iglesias donde está erigida la Asociación.
Cuando muere un asociado, los miembros de su grupo son invitados a participar en una Eucaristía en sufragio por él.